Las pruebas a realizar en un estudio de fertilidad son hechas tanto a hombres como a mujeres. Se realiza un primer ciclo del estudio , una analítica hormonal entre el primer y el cuarto día de la regla y un control ecográfico para valorar el estado del útero y los ovarios. En ese mismo ciclo, se mide la capacidad de fertilidad del hombre mediante una muestra de semen.
Si en el primer estudio todas las valoraciones son correctas, se hace una prueba radiológica llamada histerosalpingografía, en la que se investiga si las trompas de Falopio son permeables, algo fundamental en el ciclo reproductivo.
Si una vez hechas estas primeras pruebas, se determina que la muestra de semen es muy baja o que la reserva de óvulos está por debajo de lo normal, se realizan pruebas genéticas complementarias.
Por lo general se puede hacer un diagnóstico en aproximadamente dos meses de lo que ocurre y la técnica de fecundación más adecuada en cada caso, que sacará las conclusiones finales sobre la fertilidad en la pareja.
Si tienes menos de 35 años y después de 1 año no has conseguido quedarte embarazada, acude a un especialista para que te aconseje cuál sería el mejor tratamiento para ti. En el caso de las mujeres con más de 35 tendrán que acudir a los 6 meses.
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